Hora Intermedia
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
Salmo 118, 105-112
XIV (Nun)
Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo cumpliré:
guardaré tus justos mandamientos;
¡estoy tan afligido!
Señor, dame vida según tu promesa.
Acepta, Señor, los votos que pronuncio,
enséñame tus mandatos;
mi vida está siempre en peligro,
pero no olvido tu voluntad;
los malvados me tendieron un lazo,
pero no me desvié de tus decretos.
Tus preceptos son mi herencia perpetua,
la alegría de mi corazón;
inclino mi corazón a cumplir tus leyes,
siempre y cabalmente.
Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
Ant. 2. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.»
Salmo 69
DIOS MÍO, VEN EN MI AUXILIO
¡Señor, sálvanos, que perecemos! (Mt 8, 25).
Dios mío, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.
Sufran una derrota ignominiosa
los que me persiguen a muerte;
vuelvan la espalda afrentados
los que traman mi daño;
que se retiren avergonzados
los que se ríen de mí.
Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
y digan siempre: "Dios es grande",
los que desean tu salvación.
Yo soy pobre y desgraciado:
Dios mío, socórreme,
que tú eres mi auxilio y mi liberación.
Ant. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.»¡Señor, no tardes!
Ant. 3. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
Salmo 74
EL SEÑOR, JUEZ SUPREMO
Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes (Lc 1, 52).
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias,
invocando tu nombre, contando tus maravillas.
"Cuando elija la ocasión,
yo juzgaré rectamente.
Aunque tiemble la tierra con sus habitantes,
yo he afianzado sus columnas".
Digo a los jactanciosos: "No jactaros";
a los malvados: "No alcéis la testuz,
no alcéis la testuz contra el cielo",
no digáis insolencias contra la Roca.
Ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto ni de los montes,
sólo Dios gobierna:
a uno humilla, a otro ensalza.
El Señor tiene una copa en la mano,
un vaso lleno de vino drogado:
lo da a beber hasta las heces
a todos los malvados de la tierra.
Pero yo siempre proclamaré su grandeza,
y tañeré para el Dios de Jacob:
derribaré el poder de los malvados,
y se alzará el poder del justo.
Ant. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
TERCIA
LECTURA BREVE Is 2, 11
Los ojos orgullosos serán humillados, será doblegada la arrogancia humana; sólo el Señor será ensalzado aquel día.
V. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del mundo tu gloria.
ORACIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la fiesta ya cercana del nacimiento de tu Hijo nos reconforte en esta vida y nos obtenga la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
SEXTA
LECTURA BREVE Is 12, 2
Él es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
V. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con tu salvación.
ORACIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la fiesta ya cercana del nacimiento de tu Hijo nos reconforte en esta vida y nos obtenga la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
NONA
LECTURA BREVE Dn 9, 19
¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mismo, oh Dios mío, pues tu nombre se invoca sobre tu pueblo!
V. Ven, Señor, y no tardes.
R. Perdona los pecados de tu pueblo.
ORACIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la fiesta ya cercana del nacimiento de tu Hijo nos reconforte en esta vida y nos obtenga la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Página web desarrollada con el sistema de Ecclesiared