Hora Intermedia
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Otra vez -te conozco- me has llamado.
Y no es la hora, no; pero me avisas.
De nuevo traen tus celestiales brisas
claros mensajes al acantilado
del corazón, que, sordo a tu cuidado,
fortalezas de tierra eleva, en prisas
de la sangre se mueve, en indecisas
torres, arenas, se recrea, alzado.
Y tú llamas y llamas, y me hieres,
y te pregunto aún, Señor, qué quieres,
qué alto vienes a dar a mi jornada.
Perdóname, si no te tengo dentro,
si no sé amar nuestro mortal encuentro,
si no estoy preparado a tu llegada.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu,
por los siglos de los siglos. Amén.
O bien un himno propio de la Hora.
SALMODIA
Ant. 1. Padre, como tú me enviaste al mundo, así también los envío yo al mundo.
Salmo 118, 33-40
V (He)
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,
y lo seguiré puntualmente;
enséñame a cumplir tu voluntad
y a guardarla de todo corazón;
guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo.
Inclina mi corazón a tus preceptos,
y no al interés;
aparta mis ojos de las vanidades,
dame vida con tu palabra;
cumple a tu siervo la promesa
que hiciste a tus fieles.
Aparta de mí la afrenta que temo,
porque tus mandamientos son amables;
mira cómo ansío tus decretos:
dame vida con tu justicia.
Ant. Padre, como tú me enviaste al mundo, así también los envío yo al mundo.
Ant. 2. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado.
Salmo 33
EL SEÑOR, SALVACIÓN DE LOS JUSTOS
Habéis saboreado lo bueno que es el Señor (1Pe 2, 3).
I
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen
y se alegren.
Proclamad conmigo
la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha
y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta
a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor
no carecen de nada.
Ant. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me ha enviado.
Ant. 3. Somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificación de Dios.
II
Venid, hijos, escuchadme:
os instruiré en el temor del Señor;
¿Hay alguien que ame la vida
y desee días de prosperidad?
Guarda tu lengua del mal,
tus labios de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.
Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta
con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor;
él cuida de todos sus huesos,
y ni uno sólo se quebrará.
La maldad da muerte al malvado,
los que odian al justo serán castigados.
El Señor redime a sus siervos,
no será castigado quien se acoge a él.
Ant. Somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificación de Dios.
TERCIA
LECTURA BREVE 1 Tm 4, 16
Vigílate a ti mismo y a tu enseñanza; sé constante en ello; obrando así, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.
V. Escogió el Señor a su siervo.
R. Para pastorear a Jacob, su heredad.
OREMOS
Oh Dios, que iluminaste a los pueblos eslavos mediante los trabajos apostólicos de los santos hermanos Cirilo y Metodio; concédenos la gracia de aceptar tu palabra y de llegar a formar un pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
SEXTA
LECTURA BREVE 1 Tm 1, 12
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio.
V. No me avergüenzo del Evangelio.
R. Que es una fuerza de Dios para la salvación.
OREMOS
Oh Dios, que iluminaste a los pueblos eslavos mediante los trabajos apostólicos de los santos hermanos Cirilo y Metodio; concédenos la gracia de aceptar tu palabra y de llegar a formar un pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
NONA
LECTURA BREVE 1 Tm 3, 13
Los que ejercen bien el diaconado alcanzan un puesto honroso y grande entereza en la fe de Cristo Jesús.
V. Si el Señor no construye la casa.
R. En vano se cansan los albañiles.
OREMOS
Oh Dios, que iluminaste a los pueblos eslavos mediante los trabajos apostólicos de los santos hermanos Cirilo y Metodio; concédenos la gracia de aceptar tu palabra y de llegar a formar un pueblo unido en la confesión y defensa de la verdadera fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
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